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LA ATRACCIÓN


LA ATRACCIÓN MUTUA





La atracción interpersonal o mutua podemos definirla como un fenómeno de “INTERACCIÓN AFECTIVA” sustentada en la predisposición a la AFILIACIÓN SELECTIVA, pero con un tremendo componente afectivo, conformando una especie de continuo bipolar, con dos extremos (amor o agrado - antipatía o repulsión) y varios niveles. Así ha sido definida como “el juicio que una persona hace de la otra a lo largo de una dimensión actitudinal cuyos extremos son la evaluación positiva (amor) y la negativa (odio)

Pero, como cualquier ACTITUD, conlleva dimensiones comportamentales (p. ej. Estar el máximo tiempo posible con quienes nos atraen), afectivas (sentimientos de alegría, empatía, bienestar y felicidad) y cognitivas (pensar que una persona que nos atrae o gusta tiene muchas otras características positivas).

MEDICIÓN DEL AGRADO

Teorías cognitivistas:


a) La Teoría sobre el equilibrio de Heider se centra en la constatación de que aquellos cuyos razonamientos, opiniones, valoraciones y sentimientos son congruentes y compatibles con los nuestros, son los que más nos atraen al proporcionarnos equilibrio cognitivo.

b) La alternativa que ofrece Newcombe se basa en que nos sentimos atraídos por quienes confirman nuestras creencias, pues nos proporcionan seguridad en nuestro sistema de valores y actitudes

c) Por último, Festinger establece que mediante la comparación social preferimos y sentimos atracción por quienes piensan, sienten u opinan como nosotros ante los diversos acontecimientos o realidades que dan significado a nuestras propias creencias sociales.


Teorías conductistas:


Postulan que nos resultarán más atractivos y agradables quienes nos proporciones por asociación o refuerzo estimulaciones gratificantes o vivencias placenteras, lo cual explica, en sentido inverso, el que nos resistamos a ser portadores de noticias desagradables, para que no nos vean asociados al evento negativo y opten por “matar al mensajero”


a) Aronson y Linder establecen un postulado general de recompensa-coste (evaluación positiva-negativa), según el cual una ganancia en estima es una recompensa más poderosa que una estima invariable y, al revés, una pérdida de estima es un castigo más poderoso que una estima negativa invariable; así, nos sentiremos más atraídos por quienes inicialmente tienen una evaluación negativa de nosotros y van evolucionando en un sentido positivo, que por quienes siempre han mantenido una evaluación positiva hacia nosotros, y a la inversa, nos resultarán más desagradables quienes pasan de una evaluación inicial positiva hacia nosotros a una negativa que aquellos que siempre han mantenido una evaluación negativa (lo cual explica por qué los chicos se sienten más atraídos por las chicas que se muestran más esquivas o“difíciles” al principio).


b) Por su parte Homans y Thibaut y Kelley, en su Teoría del Intercambio, explican la interacción social como un canje o intercambio de recompensas materiales y no materiales, es decir, como un proceso de refuerzo mutuo, de modo que nos resultan más atractivos quienes nos proporcionan una mayor cantidad de elementos gratificantes y nos supongan menos costes. El resultado positivo o negativo de una interacción depende, además del saldo final de costes y beneficios, de la comparación de dichos resultados con un patrón interno, subjetivo e individual–nivel de comparación subjetivo–.


Como vemos, las explicaciones conductistas y las cognitivas son complementaria. Ambas se basan en un mecanismo similar, a saber, el refuerzo positivo que supone la congruencia y el equilibrio cognitivos y el refuerzo –negativo en este caso– que supone la reconciliación (reequilibrio) tras un desajuste o pelea y el castigo que supone la disonancia o incongruencia.


ATRACCIÓN Y ADULACIÓN


En la base de la atracción interpersonal existen mecanismos perceptivos de las personas conocidos como“TEORÍA DE LA ATRIBUCIÓN”,que aluden al intento de las personas corrientes de comprender las causas y las implicaciones de los acontecimientos que presencian y experimentan, de modo que nuestras acciones están controladas por cómo percibimos un acontecimiento más que por lo que realmente sucede, tendiéndose así un puente entre la información que nos llega y el significado que tiene para nosotros, de modo que organizamos la información de la conducta de los demás en unidades significativas, estableciendo inferencias sociales.


De esta forma, el modo en que percibimos a los otros –y no como realmente son– es decisivo a la hora de inferir conclusiones sobre la persona percibida, (obviamente la percepción y, las inferencias sobre un individuo pueden cambiar de un perceptor a otro). En este marco surge la adulación como táctica para producir atracción en los demás y agradar: el adulador intenta convencernos de que le agradamos, para ganarse nuestro agrado y afecto para satisfacer otras motivaciones.


. El adulador utiliza hasta cuatro tipos de tácticas para lograr atraer a la otra persona :


a) la adulación directa mediante cumplidos

b) el señalar semejanzas reales o ficticias en temas importantes entre el adulado y él

c) presentar una autoimagen favorable


d) el hacer o devolver favores sin exagerar, para que el receptor no se sienta en deuda


Como vemos, pueden ser irresistibles pues el adulado llega a creer que realmente gusta; la atracción no es real pero “ingenuamente” cree en ella y actúa conforme a esta convicción. En suma, debemos tener cuidado, pues nos atraen, y mucho, las personas que muestran acuerdo con nosotros, aquellos a quienes gustamos, las que nos halagan y las personas que nos valoran positivamente... aunque no lo sientas, siempre y cuando nos parezcan sinceros y no se les note la adulación.


FACTORES QUE FAVORECEN LA ATRACCIÓN

Unos son necesarios, aunque no suficientes, como sucede con los situacionales que conforman el escenario o marco para que pueda surgir la relación; mientras que otros son los realmente dirimentes tal y como sucede con las características de la persona.


A) SITUACIONALES:


La proximidad física y/o espacial: Para que se desarrolle atracción entre dos personas deben estar dentro del mismo campo perceptivo (esto es, deben contactar y relacionarse de alguna manera) y esto en base a diversas razones tales como:


la accesibilidad de las personas cercanas


el que desde pequeño se nos inculque a no tratar con extraños


el que la proximidad incrementa la familiaridad y, ésta, la atracción pues “el roce hace el afecto” –es lo conocido como “efecto exposición”: la percepción repetida de un estímulo inicialmente neutral o positiva lleva a una mayor atracción hacia el estímulo, aunque si el estímulo es inicialmente negativo, salvo que cambie, el desagrado será mayor


el efecto de la semejanza percibida puesto que las personas de un mismo escenario, que conviven o comparten mucho tiempo, suelen acabar pareciéndose y, si no lo hacen, nos lo parece para no generarnos disonancia cognitiva o desequilibrio.


La frecuencia temporal de la relación: Es la lógica consecuencia de lo anterior, pues la proximidad física propicia una mayor frecuencia de contactos interpersonales y éstos potencian la atracción, mientras que la distancia –espacial y temporal– disminuye y propicia la indiferencia y el olvido. Ya en los años 50 Festinger y col. demostraron que aprendemos a agradar a aquellos con quienes interactuamos frecuentemente, constatándose en diversos estudios posteriores que el contacto repetido aumentaba el agrado (A veces la anticipación o presunción de que tendremos que interactuar con alguien desconocido –salvo que tengamos prejuicios hacia él– ya nos predispone a sentirnos atraídos favorablemente hacia él, según un mecanismo perceptivo de categorización selectiva de las cualidades deseables de él.


B) CARACTERÍSTICAS DE LA PERSONA:


La apariencia física: Como ya estamos viendo la atracción interpersonal no es tan misteriosa, sino que sigue determinadas reglas:


Las personas tienden a acercarse a aquéllas con quienes interactúan frecuentemente y con aquellas cuya apariencia física le es agradable, de hecho a esa apariencia le llamamos atractivo físico; pero ese atractivo no es algo universal, ni inter ni intraculturalmente


Las definiciones del atractivo físico están moldeadas por los estereotipos culturales de cada momento histórico; pero aún dentro de una misma cultura, el atractivo está tanto en los ojos del observador, cuanto en las características de la persona observada, influyendo también en la percepción de tal atractivo el conocimiento de que tal persona posee rasgos de personalidad deseables.


Esta importancia del atractivo físico, subjetivo no cabe duda, pues el chico o chica que Vd. encuentra atractivo puede no serlo para otros, se manifiesta ya en los niños pequeños, llegándose incluso a proyectar más cualidades deseables en quienes consideramos atractivos (los consideramos mejores, con más capacidad en el trabajo, más sensibles, más persuasivos y más sociables y viceversa, aunque también se les suele atribuir el ser vanidosos y egoístas)


Morales nos ofrece diversas explicaciones del por qué preferimos a las personas hermosas,al margen de la recompensa estética que obtenemos al mirarlas; por ejemplo:


1º.- El conocido “efecto de halo”nos hace suponer que quien tiene una buena cualidad también tendrá otras; y eso se cumple cuando percibimos a las personas como atractivas, aunque las mujeres muy atractivas suelen ser evaluadas como más casquivanas, vanidosas, engreídas o menos competentes y, a veces, también los hombres si no van acompañados de rasgos “viriles”.


2º.- Por otro lado, cuando vamos con una persona atractiva (y más si nos asociamos a ella) ese efecto halo también nos alcanza, viéndose favorecida nuestra imagen, como si quedásemos impregnados o irradiados por su belleza.


3º.- Las personas que creen en un mundo justo piensan que cada uno tenemos lo que nos merecemos y nos merecemos lo que tenemos; así la gente atractiva ha de tener otras características positivas y ha de triunfar en la vida.


4º.- En el caso de los hombres, en sus relaciones con las mujeres, los más atractivos tienden a comportarse de forma que se les valore mejor, lo que aumenta su atractivo, pues al mantener más interacciones con las mujeres desarrollan más habilidades y competencias sociales; sin embargo en el caso de las mujeres esto no se cumple, de hecho las chicas muy atractivas, paradójicamente, no tienen más interacciones con los varones que las menos agraciadas (pues los chicos “no se atreven” a cortejarlas a éstas por temor al rechazo) y, de hecho, son menos asertivas y más temerosas con los varones que las menos atractivas


5º.- A todo ello debemos sumarle nosotros el que por estereotipos atávicos la hermosura física (“apariencia sana”) ha sido tradicionalmente asociada a una buena salud y a una mejor capacidad erótica y reproductiva. De hecho ya Francis Galton constató que un rostro hermoso ha de ser más bien simétrico y sin imperfecciones o marcas


¿QUÉ TIPO DE MUJERES ATRAE A LOS HOMBRES?:


En términos generales, la atracción sexual se basa en la diferencia entre los sexo, en virtud de ello, los puntos de máxima diferenciación resultarán los más atractivos –dentro de lo razonable–. De hecho el fundamento de los tratamientos de belleza y del maquillaje es subrayar los aspectos del rostro femenino que difieren del masculino (labios más llenos, cejas más finas, piel más suave, ausencia de vello). De este modo, un pecho prominente suele considerarse atractivo, mientras conserve su firmeza, al igual que una cintura estrecha y las caderas relativamente anchas (como se habrá adivinado, la mayoría de estos atractivos tienen un fundamento biológico-reproductor; aunque otros –como las uñas y cabellos largos– están condicionados culturalmente).


En este marco, se ha clasificado tradicionalmente a los hombres en tres grupos:


• amantes del busto

• amantes de las nalgas

• amantes de las piernas


lo cual correlaciona con distintos tipos de personalidad.

Eso sí, los tres grupos coinciden en valorar una apariencia sana y unas pupilas dilatadas (“ojos interesantes”, de ahí la utilización de colirios y belladona por parte de las mujeres).


¿QUÉ TIPO DE HOMBRES ATRAE A LAS MUJERES?

Aquí, sin embargo, los datos no son tan simples pues las mujeres conceden menos importancia al atractivo físico que los hombres basando sus preferencias en criterios más complejos y variables entre los que destacan el éxito, el poder, la categoría social y el sentido del humor. De hecho, y contrariamente a lo que muchos hombres creen, ellas raras veces se preocupan del tamaño de sus biceps o de las dimensiones de su pene (a este respecto es curioso el constatar que la idea que tienen los hombres de lo que es físicamente atractivo para las mujeres está equivocada –basada más en criterios homosexuales que heterosexuales– al igual que sucede con las mujeres, puesto que el tipo delgado andrógino-anoréxico de mujer gusta más a las mujeres que a los hombres.

El físico masculino favorito para las mujeres –en nuestra cultura– presenta piernas delgadas, un abdomen delgado/medio y un torso entremedio y grueso (no excesivamente musculoso), siendo las nalgas pequeñas y prietas. El atributo más admirado en los hombres junto a una figura esbelta –vientre liso– y unos ojos expresivos. La silueta general más atractiva es en forma de V y, la menos popular, la figura en forma de pera (torso estrecho y abdomen/barriga grueso).


Curiosamente las mujeres “más tradicionales y maduras” manifiestan preferencia por figuras más gruesas que las “liberadas y jóvenes”.

Un factor importante también es el de la estatura relativa: el varón resulta más atractivo cuando es entre diez y quince centímetros más alto que la mujer. De igual modo, el varón suele ser, como media, unos tres años mayor que su compañera, en base a la maduración más temprana en las mujeres; siendo más atractivo –en términos medios– el varón maduro que la mujer añosa, de modo que la apetencia o valor de cambio de un hombre suele mantenerse o aumentar pasada la juventud, en tanto que el de la mujer comienza a disminuir puesto que el atractivo físico (de importancia primordial en las mujeres) es un atributo que suele perderse con la edad, mientras que el éxito y el poder tienden a aumentar con los años.


De hecho, si los hombres y mujeres hubieran de emparejarse cuando ambos estuvieran en su punto culminante, la relación típica sería la de un hombre en la cuarentena y una chica de unos veinte años.


Se constata, en suma, que el atractivo físico posee un valor de cambio más elevado para una mujer que para un hombre, donde es más importante la categoría social, el éxito y la competencia/dominancia. De forma simplista se podría afirmar que como media, las mujeres buscan hombres socialmente dominantes, mientras que los hombres buscan mujeres físicamente atractivas; ambos sexos –por supuesto– están interesados también por otras cualidades (bondad, inteligencia, generosidad, sentido del humor) pero posteriormente.


De todos modos, es curioso el constatar que el atractivo físico suele estar nivelado en las parejas ya formadas puesto que por el temor al rechazo y el “nivel de expectativas subjetivo” la gente suele cortejar y emparentarse con personas de atractivo físico no demasiado distinto al propio (Hipótesis del emparejamiento).


Para finalizar este apartado sobre la apariencia física y el atractivo presentamos una tabla en la que aparecen jerarquizados los atributos deseables, según el sexo opuesto, en los hombres y mujeres.






C) OTRAS CARACTERÍSTICAS:

Ahora bien, cuando se alcanza un determinado grado de estabilidad e intimidad en la relación de pareja, para su supervivencia intervienen de forma más importante otras cualidades como la inteligencia, la competencia profesional, el nivel cultural, la sensibilidad, la sinceridad, la honestidad y la lealtad, la alegría, la empatía etc.

De igual modo correlacionan con la estabilidad de la pareja los estados anímicos de alegría, serenidad y placer, siendo distorsionantes la tristeza y la melancolía... En suma se desea también en el otro afecto y competencia.


Además, como se comentó más arriba, ambos sexos también valoran otras características personales como la semejanza, la complementariedad y la reciprocidad.


* La semejanza: No solo en atractivo físico, sino en valores, actitudes y opiniones, de modo que cuanto mayor es la semejanza en estos aspectos mayor es la atracción y la armonía; teniendo también importancia la semejanza en procedencia étnica y geográfica, religión, nivel cultural y clase social.


* La complementariedad: Aunque la semejanza es reforzante, cierto grado de discrepancia es también deseable si es estimulante y reforzante, sobre todo en las motivaciones y deseos.


* La reciprocidad: Conocida ahora como “química mutua” se basa en la constatación de que nos comportamos mejor y, así, resultamos atractivos a aquellas personas que nos atraen. Así el percibir que otro individuo nos estima o se siente atraído hacia nosotros suele provocar que nos sintamos atraídos por él y viceversa. Lo contrario sucede cuando percibimos que no nos estiman; esas personas tampoco nos caen simpáticas... De este modo las filias y las fobias suelen ser mutuas.

LAS SIETE FORMAS DE AMOR

TEORÍA TRIANGULAR DEL AMOR DE R. STERNBERG





LAS SIETE FORMAS DE AMOR


1.- Cariño: Este es el cariño íntimo que caracteriza las verdaderas amistades, en donde se siente un vínculo y una cercanía con la otra persona, pero no pasión física ni compromiso a largo plazo. 

2.- Encaprichamiento: Es lo que comúnmente se siente como “Amor a primera vista”, pero sin intimidad ni compromiso, este amor puede desaparecer en cualquier momento. 

3.- Amor Vacío: A veces, un amor más fuerte se deteriora en un amor vacío, donde hay compromiso, pero la pasión y la intimidad han muerto. En las culturas donde existen los matrimonios arreglados, las relaciones suelen comenzar con un amor vacío. 

4.- Amor Romántico: Las parejas románticas están unidas emocionalmente (como en el cariño) y físicamente, mediante la pasión.

5.- Amor Sociable: Es frecuentemente encontrado en matrimonios en que la pasión se ha ido, pero hay un gran cariño y compromiso con el otro. Suele suceder con las personas con las que compartes tu vida, pero sin deseo sexual ni físico. Es más fuerte que el cariño, debido al elemento extra que es el compromiso. El amor que se encuentra en la familia es una forma de Amor Sociable, así como en profundos amigos, que pasan mucho tiempo juntos en una relación sin deseo sexual. 

6.- Amor Fatuo: Se da en relaciones en que el compromiso es motivado en su mayoría por la pasión, sin la estabilizante influencia de la intimidad. 

7.- Amor Consumado: Es la forma completa del amor. Representa la relación ideal hacia la que todos quieren ir pero que aparentemente pocos alcanzan. Sin embargo, Sternberg señala que mantener un amor consumado puede ser aún más difícil que llegar a él. Enfatiza la importancia de traducir los componentes del amor en acciones. “Sin expresión”, advierte, “Hasta el amor más grande puede morir”. El amor consumado puede no ser permanente. Por ejemplo, si la pasión se pierde con el tiempo, se puede convertir en un amor sociable.

DIFERENTES TIPOS DE CRISIS DE PAREJA

CRISIS NORMALES EN LA PAREJA

En toda relación de pareja sobrevienen momentos complicados que son completamente normales y propios de una relación durante su proceso de maduración, como una forma de encaje de ambas personas con sus motivaciones, intereses y anhelos. Para superar estas pequeñas crisis o desavenencias, será necesario únicamente el diálogo entre la pareja y el objetivo común de lograr alcanzar nuevamente la estabilidad. 

CRISIS EXISTENCIAL DE UN MIEMBRO DE LA PAREJA 

Se produce cuando un miembro de la pareja hace balance de su vida encontrando lagunas o fuentes de insatisfacción en el pasado, como si el presente no le llenara o hubiera perdido la referencia de los objetivos que perseguía en su vida. 

La crisis de identidad es dolorosa, ya que deja al descubierto ilusiones y proyectos no cumplidos, carencias en lo que la persona piensa “que le llena”, promesas incumplidas y metas, que a pesar de haber sido perfectamente abordables no han sido alcanzadas. En ocasiones esa sensación de frustración hace que la persona que está pasando una crisis de identidad reaccione con hostilidad hacia su pareja, culpabilizándole de lo que se perdió en el camino pero sin que exista una base sólida para esta reacción de rechazo. 

En este tipo de crisis el abordaje terapéutico irá enfocado en un primer momento a clarificar la situación del miembro en conflicto para posteriormente abordar una nueva forma de relación, encaminada a la satisfacción personal de ambos miembros y al cumplimento de sus metas. 

CRISIS DE PAREJA POR INFIDELIDAD 

Este tipo de crisis suele ser grave y muy dolorosa para ambos miembros de la pareja. Esta crisis conlleva fuertes tensiones emocionales y un progresivo deterioro de la relación por la pérdida de confianza y los sentimientos de hostilidad. 

En este caso, la terapia de pareja debe ir orientada a restablecer el diálogo entre la pareja y volver al punto en el que la relación entre ambos era satisfactoria y basada en la confianza y la fidelidad. Muchas veces las estrategias empleadas pasan por restablecer la autoestima en la persona que ha sufrido la infidelidad, ya que suele quedar seriamente dañada en este tipo de situaciones. 

CRISIS DE PAREJA POR INTROMISIÓN DE LA FAMILIA POLÍTICA 

En ocasiones la actuación inoportuna de algún miembro de la familia política es fuente de conflictos para la pareja, llegando a producir frecuentes desavenencias, sensación de hostilidad, incomprensión y aislamiento. 

El terapeuta debe restablecer el concepto de unidad familiar basado en la pareja, en el que se agregan como fuente de satisfacción el resto de los miembros de la familia, con el objetivo de servir de apoyo mutuo y no fuente de conflicto. 

CRISIS DE PAREJA POR CEGUERA LABORAL 

A veces uno de los miembros de la pareja se va distanciando e involucrándose cada vez más en su vida laboral y compromisos. En ocasiones esto se produce por un fenómeno de adicción al trabajo, pero en otras ocasiones se constata la utilización del trabajo como forma de huir de los problemas de convivencia, produciendo una ruptura en las vías de comunicación y poco a poco en los objetivos comunes de la pareja. 

CRISIS DE PAREJA POR MONOTONÍA 

Algunas parejas consideran que la simple convivencia es suficiente para mantener vivo el amor, sin embargo lo predecible de la relación, del día a día puede ir minando esa relación hasta hacerla poco ilusionante. Desaparecen los planes compartidos, la sorpresa, la ilusión y cada miembro de la pareja se va encerrando cada día más en el halo gris de la monotonía perdiendo la capacidad de lucha de la pareja. 

CRISIS DE PAREJA POR ENFERMEDAD MENTAL 

En ocasiones la aparición de un trastorno como depresión o ansiedad en un miembro de la pareja produce una crisis dada la falta de recursos y conocimiento que puede tener la persona de cómo ayudar a su pareja en esta situación

CELOS PATOLÓGICOS

Celos: emoción que tiene su origen en un deseo desmedido de poseer algo de forma compulsiva y a los que subyace la idea de infidelidad (real o imaginaria) de la persona que se ama.

Los celos se encuentran condicionados por un sentido desmesurado de propiedad y la exclusividad y no arrancan sólo del deseo sexual.

Existen celos que pueden considerarse normales, que son frecuentes en la población y no constituyen un trastorno psicopatológico, y que pueden reflejar el interés y el amor que uno siente por su pareja.

Es difícil distinguir los celos normales de los patológicos (síndrome de Otelo), pero aquella persona que los sufre suele poseer una notoria inseguridad personal y sentimiento de posesión de otro (el amor no debe confundirse con posesión) y una ansiedad desmesurada a perder el objeto amado, lo que apunta a una inestabilidad emocional.

Los celos patológicos u obsesivos son reconocidos por lo que los padecen como irracionales y no delirantes . A nivel emocional el trastorno se caracteriza por ansiedad y agresividad a nivel cognitivo o pensamientos intrusivos y a nivel conductual por demandas de seguridad o tranquilización (rituales compulsivos motores o verbales) encaminados a controlar al compañero. 


DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LOS CELOS PATOLÓGICOS 


1. Presencia de pensamientos y rituales obsesivo-compulsivos 

2. Pensamientos y rituales de 1 año de duración 

3. Exclusión de alcohol o psicosis orgánicas 

CARACTERÍSTICAS DE LOS CELOS PATOLÓGICOS


1. Falta de provocación lógica 

2. Extraña naturaleza de las sospechas 

3. Reacción racional y excesiva 

4. Rituales de comprobación 

5. Pérdida de control 

6. Interferencia grave en la vida cotidiana 

7. Alto grado de sufrimiento personal 

Como rasgos destacan la preocupación y miedo desmesurado hacia la infidelidad frente a la pérdida de la pareja, lo que provoca una intensa alteración emocional que hace que el sujeto desarrolle conductas comprobatorias (que son auténticos rituales compulsivos) cuyo objeto es tranquilizarle o la seguridad mediante el control de la otra parte. 

Existe también una constante amenaza percibida que se erige sobre la inseguridad, la ansiedad y la distorsión de la realidad permanente por parte del sujeto. 

En definitiva, un rasgo esencial para determinar una patología de los celos radica en la ausencia de una causa real de los mismos, la intensidad desaforada de la reacción emocional y un gran sufrimiento personal con interferencia en la vida cotidiana. El sentimiento de humillación y frustración lleva a experimentar un estado severo de irritabilidad que a veces deriva en pérdida de control o en conductas agresivas hacia uno mismo o los demás. 

A nivel cognitivo la creencia de infidelidad puede tomar una forma delirante o presentarse como una obsesión o idea sobrevalorada. 

Asociado a los celos patológicos coexisten problemas como los síntomas depresivos, problemas de relación de pareja, déficit de asertividad y baja autoestima. 


TRATAMIENTO MULTIMODAL: EXPOSICIÓN Y TERAPIA COGNITIVA


Control terapéutico: 1 mes, 3 meses, 6 meses, 1 año 


POR QUÉ SE PRODUCE UNA INFIDELIDAD

La clave de la infidelidad consiste en buscar aquello que no se tiene en casa, algo de lo que ambos miembros de la pareja carecen en su relación. Tradicionalmente lo que ha llevado a los hombres a una infidelidad ha sido la búsqueda de nuevas emociones, mientras que las mujeres se han movido hacia la infidelidad por un problema de soledad, de falta de comunicación o de sentirse menospreciada en su relación de pareja.

Entre las causas más frecuentes de infidelidad se encuentran:

La soledad: es uno de los factores más frecuentes que provoca la entrada de una tercera persona en la pareja. Uno de los miembros se siento solo y busca de forma consciente o inconsciente a alguien para llenar este hueco.

La rutina: hacer siempre lo mismo llega a cansar y agota la relación. En ese momento uno de los dos se lanza a buscar fuera de la relación nuevos alicientes, y los suele encontrar en los lugares más comunes: gimnasio, trabajo, supermercado, los amigos....

La necesidad de afecto: La pareja necesita afecto para mantenerse. Con el tiempo se pierde el hábito de dar y cada vez cuesta más trabajo mostrar cariño a la otra persona. Escasean las manifestaciones de afecto que en ocasiones llegan a desaparecer. Equivocadamente pensamos que el sentimiento de posesión y de cotidianidad no hace necesario mostrar afecto a la pareja, y la relación se vuelve fría, con lo que uno de los miembros de la pareja puede buscar fuera el afecto perdido.

Relaciones sexuales insatisfactorias o insuficientes: cuando la actividad sexual es pobre en calidad y cantidad, y además esta situación se prolonga en el tiempo, se inicia la búsqueda de nuevos alicientes sexuales fuera de la pareja. 

La evolución divergente: es más frecuente en parejas que han iniciado muy jóvenes la relación. Cada uno va madurando de forma independiente: los amigos, ocupaciones y aficiones no son comunes. La incomunicación va aumentando esas diferencias y llega un momento que no tienen nada que decirse, ya que sus intereses no coinciden, buscando una tercera persona que sirva como complemento.

TIPOS DE INFIDELIDAD

Algunos autores señalan que existen diferentes tipos de infidelidad y que cada una de ellas se lleva a cabo por factores relacionados a la tipología. Por ejemplo:


· Infidelidad por evitación de la intimidad: Se refiere al obstáculo que algunas personas tienen para aceptar que la intimidad implica autoexposición y un cierto grado de dependencia emocional. Cuando se revela la aventura, se convierte en arma de la confrontación.

· Infidelidad por adicción sexual: Esta aventura puede ocurrir en cualquier momento de la relación; es más común en hombres que en mujeres y tiene un toque de desafío, cuando se revela la infidelidad, se defienden del miedo, la humillación y el dolor, a través de acusaciones.

· Infidelidades accidentales: Inesperadas, no planeadas. No es que ocurran de manera involuntaria, pero hay un cierto grado de inconsciencia, ya que no se tienen muy claras las consecuencias del acto.

· Infidelidad como castigo: Se utiliza como un arma en venganza de la otra persona, aunque no siempre implica un castigo por infidelidad, sino por diferentes aspectos que pudieran estar presentes desde le principio de la relación.

Por otro lado, se ha considerado que un aspecto importante a considerar es el género. Dadas las condiciones culturales, un hombre puede estar satisfecho y feliz con su pareja, pero aún así, puede tener una aventura. Esto es porque el hombre puede hacer una disociación entre amor y genitalidad. En esto se basa la justificación de la multiplicidad de parejas que puede tener un varón. Por el contrario, la mujer primero es infeliz y luego es infiel. Esto ocurre por condiciones culturales, ya que físicamente, nada les impide actuar en forma similar a los hombres 

(Aureste, Bravo, Manríquez, Diez, sin año).

CUANDO SE DESCUBRE UNA INFIDELIDAD

Tanto si el descubrimiento de una aventura es gradual como repentino, el shock es probablemente la primera emoción que se siente. Cuando el desconcierto se desvanece, pueden aparecer emociones como ira, tristeza, confusión y quizás vergüenza, especialmente si fuiste tú la persona infiel. La mayoría de las personas se preguntan cómo ha podido suceder algo así y si puede haber algún futuro para su relación.

SUPERAR UNA INFIDELIDAD

La confianza es esencial para una relación sana, y es algo que tomamos a menudo por dado hasta que se desvanece. Si tú eres la persona que ha tenido la aventura, necesitarás trabajar duro para que tu pareja vuelva a confiar en ti y a creer que la amas y que has aprendido de tu error.

Si eres la persona a quien han engañado y decides que merece la pena intentar salvar la relación, te encontrarás haciéndote preguntas durante mucho tiempo y te costará trabajo recuperar la confianza en tu pareja. 

La comunicación es fundamental, sobre todo para descubrir los motivos que han llevado a una persona a la aventura, de modo que podáis sacar algo positivo de lo sucedido que os lleve a estar más unidos y solucionar vuestros problemas. Por supuesto, para poder hacer eso, es importante dejar la ira y el resentimiento de lado y tratar de ver lo sucedido de una manera objetiva. 

Entre las situaciones más comunes que llevan a una persona a tener una aventura se encuentran las siguientes: 

Insatisfacción en la relación. A veces, dos personas que todavía se quieren pueden estar viviendo una relación insatisfactoria por diversos motivos. Si esos problemas de pareja no se tratan abiertamente o uno de los miembros de la pareja está demasiado absorto en otros temas (problemas con el trabajo, etc) y se mantiene distante impidiendo la comunicación, eso podría llevar al otro miembro a tener una aventura. 

En este caso, si tú eres la persona infiel, trata de explicarle a tu pareja cómo te estabas sintiendo. O si aún estás a tiempo y tu pareja no sabe nada de tu aventura, trata de buscar otros métodos menos arriesgados para recuperar esa cercanía perdida. Por ejemplo, puede ser preferible una separación momentánea que os haga reflexionar a los dos sobre lo que de verdad deseáis, sin incluir terceras personas por medio. Si, por el contrario, eres tú la persona que ha sido engañada, ten en cuenta también el papel que has jugado en el distanciamiento y los problemas de la relación y trata de ver la aventura como una especie de toque de atención de tu pareja, que no ha sabido comunicarte su malestar de otra manera. 

Aburrimiento. Si te sientes aburrido con tu vida, una aventura puede darle una mayor emoción. El problema es que el precio a pagar puede ser alto. Tal vez una mejor solución podría ser planear junto a tu pareja nuevos modos de dar emoción a vuestra vidas. 

Cuando los caminos se separan. A veces sucede simplemente que lo que una vez os unió ha dejado de existir o de ser importante, y llega el momento de separaros. Es importante que una persona tenga claro cuáles son sus sentimientos y ser sincero con uno mismo respecto a ellos. Permanecer en una relación por motivos falsos, cuando el amor ya no existe, sólo servirá para crear resentimiento y amargura.

AMOR NARCISISTA: LA PAREJA DESTRUCTIVA

Existen diversos estilos afectivos que llevan a tener experiencias perturbadoras, en algunas relaciones en pareja. Uno de estas formas afectivas, se refiere a las pautas de interacción que se establecen, cuando uno de los integrantes de la pareja, posee rasgos marcadamente narcisistas.

Las personas con rasgos narcisistas, difícilmente se encuentran comprometidas emocionalmente con la pareja. Aunque, pareciera todo lo contrario. Son fáciles de amar y de distinguirse, porque son personas extremadamente seductoras, encantadoras y detallistas. Generalmente son intuitivas, y detectan, lo que les gusta a su pareja, para dejar caer todo el peso de su encanto, logrando que la otra persona sienta una tremenda admiración y enamoramiento, recibiendo “exactamente” lo que siempre deseó recibir en afecto, palabras y atenciones. Es difícil no experimentar amor por alguien tan “hecho a la medida”

SÍNDROME DE PETER PAN

El Síndrome de Peter Pan se da a cualquier edad: algunos nunca lo superan. No es una cuestión de edad. El Sindrome de Peter Pan es el conjunto de rasgos que tiene aquella persona que no sabe o no quiere renunciar a ser hijo para comenzar a ser padre. Sigue comportándose como un niño que exhibe un desfase patológico entre su edad cronológica y su madurez afectiva.

Suelen ser muy simpáticos, deportistas, entusiastas y eternos seductores de jovencitas. A menudo son hombres inmaduros afectivamente, con los que es complicado mantener una relación de pareja, ya que su inmadurez es notoria. 

Resistirse a adquirir las responsabilidades que conlleva entrar en la etapa adulta, además de producir desequilibrios personales, puede derivar en serios problemas a la hora de que una relación de pareja funcione. Compartir un proyecto de vida en común con alguien que es incapaz de sacrificar o apartar los placeres de la juventud para poner todo lo que tiene para conseguir unas metas, no siempre fáciles, pero necesarias, a parte de producir insatisfacción, acaba convirtiéndose en un lastre a la hora de luchar por conseguir esos objetivos.




Los hombres con Síndrome de Peter Pan actúan como si fueran los hijos de sus parejas




Ante la imposibilidad de encontrar la fuente de la eterna adolescencia, parte de los hombres de la sociedad actual han optado por anclarse en una juventud que si bien no es física, sí les garantiza la psicológica y la comodidad de afrontar el día a día sin ir más allá, una especie de Carpe Diem cuya problemática aumenta proporcionalmente con la edad física del individuo. 

CÓMO SE COMPORTA NUESTRO PETER PAN 


Independientemente de la edad, su comportamiento sigue siendo como el de un adolescente. Pese a su sonrisa casi imperecedera y a tratarse de personas muy divertidas y con unas inmensas ganas de disfrutar de todo los aspectos de la vida, tras esa apariencia se esconde alguien tremendamente inseguro con un terrible miedo a la soledad. 

Esa inseguridad también se plasma en el campo afectivo. A pesar de una aparente seguridad en sí mismos, son personas que necesitan grandes dosis de afecto y la necesidad de una mujer a su lado que se lo pueda ofrecer. Sin embargo, pese a esta dependencia, cuando la relación se torna en algo más serio y empieza a requerir dosis cada vez más altas de compromiso y responsabilidad, se asusta y acaba produciendo la ruptura de la pareja. 

Esto es una de las causas de que cambien continuamente de pareja, buscando incluso chicas más jóvenes, que impliquen menos planes de futuro y a su vez puedan contagiarse de su inmadurez. En el caso de coincidir en una pareja un Peter Pan y una Wendy, es posible que con el paso del tiempo cada uno acabe en la casa de sus padres. 

Si al nuevo Peter Pan todo le sale bien, disfrutará durante muchos años, pero llegará un momento de reflexión donde comenzará su crisis. Aunque él goce de éxito profesional y económico, se da cuenta de que en su vida no hay nada estable ni firme. 

Durante el tiempo que se está bajo este síndrome, se vive con vistas a muy corto plazo, la persona se siente insatisfecha con lo que le rodea pero no hace nada para solucionarlo. Su búsqueda de satisfacción en cada momento, le puede hacer recurrir al alcohol y las drogas como forma instantánea de obtenerla. Buscan siempre la culpabilidad de todo lo que sucede a su alrededor en los demás, sin que nunca se sienta realmente parte del problema, y ni siquiera de la solución. 

CUANDO PETER PAN DECIDE DEJAR DE VOLAR 


Ante todo, el Peter Pan tendría que concienciarse de que tiene un problema. Muchos de ellos se tienen por encantadores y no llegan a la autocrítica necesaria para ver que están abusando de los demás. Creen que con su presencia basta. Sin embargo, ellos son los más perjudicados por la soledad en la que desemboca su vida. Sus amigos son superficiales y circunstanciales y sus amores, al final de la vida, son interesados y falsos. No pueden desarrollar relaciones amistosas o afectivas sólidas. 

Si reconoces que tienes estas características, aún estás a tiempo de cambiar algunos comportamientos que podrían dificultar la formación de vínculos afectivos maduros. 

Aunque también es cierto que muchas madres, novias y esposas tendrían, asimismo, que dejar de producir “peter panes”. Nunca se acabarán los Peter Pan en este mundo, mientras sigan existiendo las Wendy. 

¿Y ES POSIBLE EL CAMBIO? 

  • Aprende a tolerar las frustraciones sin hacerte la víctima
  • Preocúpate por el bienestar de las personas que amas
  • Escucha activamente los problemas de los demás
  • Acepta la pérdida de privilegios que comporta la responsabilidad
  • Entiende que al tomar una decisión, siempre hay una desventaja que asumir
  • Todos somos responsables de nuestras propias emociones. No son los demás los que nos hacen enfadar: somos nosotros los que nos enfadamos
  • Establece relaciones equitativas con las personas: no pidas más de lo que tú eres capaz de dar
  • Dar las gracias no significa rebajarse: nadie nació para servirte




SÍNDROME DE WENDY



Al igual que en el caso del síndrome Peter Pan, también en el síndrome de Wendy la mejor prevención llega desde la infancia. Es en esa etapa cuando comienza nuestro desarrollo social y de la personalidad, cuando se forman los roles asociados a nuestra identidad. Por ello, es muy importante el estilo educativo y las creencias que transmitimos a los más pequeños en esos momentos a través de las normas (la niña pone la mesa mientras su hermano descansa) o mediante los juegos (¿cuántas veces hemos visto a un niño jugar a ser enfermero? En el mejor de los casos son los médicos a los que la enfermera les ayuda a finalizar su exitoso trabajo). Por ello, es importante educar en la igualdad desde la infancia.


Cuidar nuestra autoestima también nos ayudará a prevenir este tipo de trastorno. Una persona con sana autoestima es capaz de revisar su concepto de amor dándose cuenta de que lejos de ser resignación o sacrificio, amar es un medio de obtención de cosas agradables por ambas partes.


ABORDAJE DEL SÍNDROME DE WENDY

Acabar con la idea de “si me esfuerzo mucho por ti verás que te quiero y así no me dejarás” es la base de la terapia en el síndrome de Wendy. El objetivo principal de la terapia es que pierdan el temor a ser abandonadas o rechazadas si no hacen todo lo que el otro quiere, ya que, si no se trabaja esta idea irracional, es difícil que lleguen a modificar su comportamiento. Para ello, a lo largo de la terapia se revisa con la paciente en qué otras situaciones de su vida se ha comportado de esa manera con el fin de ayudarle a tomar conciencia de su miedo.


Posteriormente, mediante técnicas cognitivas se trabaja la idea irracional actual enseñándole a ver la relación con su comportamiento, ayudándole a percatarse al mismo tiempo de cómo este miedo no le ayuda a conseguir su objetivo, sino a entrar en un círculo vicioso en el que su miedo se incrementa por la “no exigencia” de atenciones y afecto por parte del otro.


Al mismo tiempo, se debe entrenar a la paciente en habilidades interpersonales como aprender a “decir no” y delegar tareas, con el fin de fomentar el principio de equidad en la pareja cuya relación frecuentemente está deteriorada.


Finalmente, el síndrome de Wendy puede no ser tal y enmascarar una necesidad de control al otro (“si yo me hago imprescindible para ti, yo tengo más poder que tú; te controlo). Sólo un diagnóstico exhaustivo puede diferenciar ambos problemas, que llevarán consigo un tratamiento diferente.


¿Te reconoces como una Wendy? 

  • Cuando habla de su familia suele decir: tengo 3 niños en casa: mi marido y mis dos hijos 
  • Le gusta sentirse imprescindible 
  • Cree que el amor es sacrificio y resignación 
  • Siempre se está excusando 
  • Justifica continuamente el mal comportamiento e informalidad de su pareja ante los demás 
  • Evita las disputas con su pareja 
  • Siempre está pidiendo perdón 
  • Se desvive por hacer la vida agradable a su pareja, sin mostrar necesidades personales 
  • Actúa como madre, amiga, fisioterapeuta, médico, psicóloga, cocinera y gestora. Asume todas las responsabilidades del hogar 
  • Respeta el espacio y salidas de su pareja con sus amigos sin discutir, como una “carga más” en sus responsabilidades


LA TERAPIA DE PAREJA

La relación de pareja puede constituir una fuente de satisfacción o una fuente de conflictos que derivan en diversas patologías (depresión, ansiedad, disfunciones sexuales, adicciones, afecciones psicosomáticas, etc).

A veces los problemas surgen por diferentes posiciones en la forma de ver la vida, en las expectativas, estilos de crianza de los hijos, relaciones complicadas en el entorno familiar o problemas laborales o económicos.


En otras ocasiones la fuente de conflictos se derivan de un problema puntual que desestabiliza la relación y que puede llegar a destruirla, como una infidelidad, adicción de un miembro de la pareja o pérdida específica de confianza por una causa en concreto.

Dentro de la terapia de pareja cabría distinguir entre la intervención dirigida a solucionar problemas de relación por desgaste o cambio de la dinámica interactiva y la derivada de los conflictos concretos.

Normalmente los problemas de pareja no resueltos entran en una espiral basada en la interacción negativa, aparecen las mutuas descalificaciones, el abandono emocional, un estilo defensivo en la comunicación, suspicacia y distanciamiento entre ambas partes, lo que supone un clima familiar irrespirable, fuente de angustia y falto de gratificaciones.

En este sentido, la terapia de pareja se centra en un programa que aborda los diferentes aspectos de la relación, constando cada uno de ellos de variadas estrategias de modificación del estilo de relación y expresión de emociones.


El abordaje terapéutico se realiza sobre:


1. Incremento del intercambio de expresiones de afecto positivo y gratificación mutua


2. Estrategias para controlar los episodios de mal humor y muestras de hostilidad


3. Modificación del estilo de comunicación entre los miembros de la pareja


4. Forma de expresar los sentimientos negativos


5. Potenciación de la expresión de sentimientos positivos


6. Técnicas de solución de problemas


En caso de que algún miembro de la pareja presente problemas específicos (adicción, ansiedad, depresión...) puede ser necesaria la implementación de una terapia individual para superar problemas personales específicos.