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BASES DE LA TERAPIA DE PAREJA

A continuación exponemos los puntos en los que incide la terapia de pareja. Los dos primeros bloques están orientados a la relación en su inicio y consolidación, y los dos segundos a la ruptura y comienzo de la vida sin la pareja.

Aunque en todas ellas se puede hacer un trabajo terapéutico para ambos miembros de la pareja, frecuentemente en la primera y última fase, se realiza una terapia individual, siempre dependiendo de la problemática.


frecuentemente en la primera y última fase, se realiza una terapia individual, siempre dependiendo de la problemática.




FORMAS DE AMAR

John Lee, de la Universidad de Toronto (59), apoyado en un cuestionario para la medición del enamoramiento, ha establecido tres tipos primarios de amor bastante independientes entre sí:


Identificando, asimismo, tres combinaciones “puras” de estos tipos primarios:











EL AMOR Y LA SALUD

El amor tiene un gran impacto sobre el bienestar personal y la salud, aunque como reverso de la moneda, también puede generar malestar o ser patológico en sí mismo.

El mal de amores 

Al margen de esa “locura transitoria” que puede suponer el enamoramiento y el “perder la cabeza” por la persona amada, existen formas tipificadas de amor patológico o mal de amores. Podemos esbozar un breve catálogo de estos amores enfermos : 

a) La celotipia: Aquí se sobrepasa el deseo legítimo de amar a una persona y no compartirla con nadie, llegándose a los celos patológicos y obsesivos. 

b) El amor maníaco: Típico de los trastornos bipolares o ciclotímicos, en fase maníaca. 

c) El narcisimo morboso: Consiste en un desarreglo de corte histeriforme, o un trastorno de la personalidad, donde el amador sólo puede amarse a sí mismo; único objeto amoroso más allá del amor propio

d) El síndrome de amor/odio o ambivalencia: Aunque en todo hay dosis de ambivalencia, aquí la mezcolanza de odios es mayor a los producidos por un objeto de amor frustrante; pero no se abandona, conformándose una relación cuasi sadomasoquista.

e) El bovarismo: Consiste en exagerar irracionalmente y constantemente las virtudes y cualidades del amado, con una verdadera alteración del sentido de la realidad casi esquizoide. 

f) El síndrome de Wendy: Versión contraria al síndrome de Peter Pan, afecta sólo a las mujeres que terminan viendo a sus maridos o parejas como niños o hijos a los que hay que sobreproteger y sobreagradar. 

g) El síndrome de Cyrano: Aquí se es feliz o se vive el amor de forma vicaria, a través de la felicidad de otros amantes. 

h) El amor disociado: Creencia o vivencia de que se está enamorado realmente de varias personas diferentes; más frecuentes en los varones que disocian, sobre todo, dos grupos de mujeres: unas santas, puras y benévolas, pero que nunca podrán ser objeto sexual –aunque las amen– y, las otras, aptas para la cama (madres/esposas las primeras y, amantes, las segundas). En realidad no se ama ni a una ni a otra. 

Junto a estas formas existen muchas otras tales como el amor fóbico, los amores “imposibles”, etc; sin entrar en las parafilias y las sexopatías relacionadas; sin hablar de las rupturas, separaciones, divorcios, desengaños y desamores que surgen cuando el amor (al menos en uno de los amantes) se acaba, generándose una verdadera situación de duelo que no siempre se afronta y elabora bien. De hecho en un 60% de los casos se sufre un proceso depresivo, pensándose en el suicidio en el 25% de los casos ; haciéndose así realidad, por desgracia, el tópico de morir de amor, siendo menos eficaces las mujeres y tardando más en superar sus fracasos amorosos y matrimoniales. 

La decisión o iniciativa de abandono o ruptura es tomada con más frecuencia por las mujeres, muchas veces por interés por otra persona, y en mayor porcentaje que los varones, lo cual contradice la imagen popular de la mujer como víctima de la despiadada infidelidad masculina; y sin aludir al maltrato de género, violencia doméstica y muertes de, la más de las veces, mujeres a manos de sus parejas.


EFECTOS SALUDABLES DEL AMOR


El amor puede ser un factor beneficioso para la salud


Pese a todo lo anterior, el sentimiento de filiación que la amistad, el amor, el matrimonio y la familia nos dan es útil, no sólo para el bienestar mental, sino también para la salud física. Los datos son abrumadores:

- Las personas que están felizmente casadas tienen sistemas inmunológicos más fuertes y competentes, que aquéllas que tienen matrimonios conflictivos.

- Cuanto mayor simpatía mutua y una mejor interacción mantienen los estudiantes que comparten habitación o piso, menos incidencia de resfriados y gripes tienen. 

- La supervivencia tras un ataque cardíaco se duplica en los hombres y mujeres mayores felizmente casados o que cuentan con apoyo emocional, que quienes no cuentan con este apoyo. 

- Una buena elección de pareja y una buena red de apoyo social alivian el dolor y el estrés, disminuyendo la depresión y la ansiedad ; las tasas de trastornos mentales son más elevadas entre los solteros. 

- Las personas casadas siguen estilos de vida y prácticas más saludables en alimentación, sexo, horarios, ingesta de alcohol y drogas y tabaquismo .

En el otro extremo, la terminación o ruptura de una relación puede ser psicológica y físicamente devastadora; de hecho, la muerte del cónyuge o la separación o divorcio suelen ser calificadas como los máximos estresores posibles para un adulto, en las distintas escalas de Acontecimientos Vitales Estresores (“life events”), como la popular Escala de Reajuste Social de Holmes y Rahe (46). 

Así, la función primordial del matrimonio o vida en pareja consiste en evitar la soledad y dar apoyo social, proporcionando el adecuado amortiguador emocional que da una benévola compañía en forma de cónyuge e hijos, siendo este beneficio mayor en los varones, que ven aumentada su supervivencia dos veces más que las mujeres.

CUANDO EMPIEZAN LAS DISCUSIONES. TERAPIA DE PAREJA

El inicio de una relación de pareja viene marcado por el enamoramiento, con todo lo que eso conlleva: la persona se centra en el otro, trata de agradarle, quiere conocer todos los detalles de su vida y hasta el más pequeño detalle lo magnifica pareciéndole encantador.

Si la pareja es impuntual, si es desordenada, si habla demasiado alto, si siempre habla de los mismos temas, no es visto por la otra persona como defectos, está demasiado cegada por el halo de la perfección que no puede ver más allá en la realidad de la persona.

Cuando llega la rutina, la pareja se consolida, cada uno está seguro en su posición, comienza un proceso de vuelta a la realidad: la persona deja de "vivir por y para la otra persona" y trata de ser persona con una persona a su lado que le complemente y, si es posible, no le caliente demasiado la cabeza.

Las llamadas de atención, de forma cariñosa sobre determinadas costumbres molestas, como las descritas anteriormente, no han servido para nada, y la persona comienza a sentirse frustrada, y a elevar el tono de voz o ser más agria cuando intenta modificar esos comportamientos: surge un proceso de reforzamiento negativo, en el cual la persona castiga verbalmente a su pareja, o en otras ocasiones se limita a ignorarle (que es otra forma de castigo) o incluso empieza a utilizar las relaciones sexuales como reforzador de la relación (si te portas bien nos vamos a la cama, si estoy enfadado, no).

Este es un momento de replantearse la relación bajo otras formas de actuar. Afortunadamente el enamoramiento ciego no dura para siempre, y hay que buscar fórmulas de solución de problemas maduras: el diálogo, el respeto, la comprensión.

Para ello algunas parejas necesitan acudir a terapia, ya que se han instaurado en un sistema de comunicación basado en gritarse, no respetar el turno de palabra, estar pendiente de los fallos del otro, guardar las cuentas pendientes... 

En terapia de pareja lo primero que se aprende es a expresar las propias emociones, a hablar en primera persona sobre los sentimientos y emociones, y a evitar especular sobre los sentimientos o intenciones del otro. Con esta base se comienza un programa de modificación de conductas disruptivas por ambas partes de forma lúdica, relajada, que suele dar mejores frutos que vivir en un estado de disconfort permanente.

¿POR QUÉ DE REPENTE MI PAREJA SE HA VUELTO CELOSA?

Las parejas pueden volverse celosas por un descenso en su autoestima

Es bastante habitual esta consulta. Mujeres, normalmente muy preocupadas, y en algunos casos con síntomas de ansiedad que no saben el motivo para el cambio de actitud de su pareja.

Se quejan de que "de repente" se ha vuelto celoso, controlador, acusa de que se ve con otras personas o le dice que no se arregle tanto...de repente, sin existir un motivo para este cambio de actitud.

Se muestran irritables, espían los móviles, controlan la hora, y en muchos casos muestran síntomas de depresión. 

Esta conducta suele estar motivada por un cambio vital que ha hecho que la persona (en este caso estamos hablando de hombres) que motivan una BAJADA DE AUTOESTIMA: cuando el hombre se siente menos valioso comienza a pensar que su pareja "puede preferir a cualquier otro". Se desvalorizan y sienten el peligro de ser abandonados. 

Motivos como quedarse en el paro, jubilación, una incapacidad, problemas de disfunción sexual...cualquier aspecto que les haga sentirse inferiores pueden desencadenar estas reacciones. 

El trabajo en este caso no pasa por una terapia de pareja: los celos son sólo la expresión de un problema de baja autoestima y una falta de adaptación a una situación que la persona tiene que asimilar, así como la sintomatología depresiva que le pueda acompañar.