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TERAPIA DE PAREJA

Quiero hacer contigo
lo que la primavera
hace con los cerezos


Pablo Neruda

La relación de pareja se inicia como una fuente de satisfacción mutua, sin embargo a veces surgen conflictos que se van enquistando y dan lugar a una profunda insatisfacción. La pareja entra en dinámicas disfuncionales y en ocasiones la relación parece más un campo de batalla que una relación basada en el amor.

Los problemas surgen por diferentes formas de ver la vida, expectativas de futuro, estilos de crianza de los hijos, relaciones complicadas en el entorno familiar, doméstico, laboral o económico.

En otras ocasiones hechos puntuales pueden hacerse tambalear seriamente una relación: infidelidades, celos, ludopatías, adicciones o simplemente pérdida de confianza.

La comunicación, base de la relación se pierde y ambos miembros de la pareja se comunican en sintonías diferentes, sin lograr avanzar hacia el entendimiento.



SÍNDROME DE WENDY



Al igual que en el caso del síndrome Peter Pan, también en el síndrome de Wendy la mejor prevención llega desde la infancia. Es en esa etapa cuando comienza nuestro desarrollo social y de la personalidad, cuando se forman los roles asociados a nuestra identidad. Por ello, es muy importante el estilo educativo y las creencias que transmitimos a los más pequeños en esos momentos a través de las normas (la niña pone la mesa mientras su hermano descansa) o mediante los juegos (¿cuántas veces hemos visto a un niño jugar a ser enfermero? En el mejor de los casos son los médicos a los que la enfermera les ayuda a finalizar su exitoso trabajo). Por ello, es importante educar en la igualdad desde la infancia.


Cuidar nuestra autoestima también nos ayudará a prevenir este tipo de trastorno. Una persona con sana autoestima es capaz de revisar su concepto de amor dándose cuenta de que lejos de ser resignación o sacrificio, amar es un medio de obtención de cosas agradables por ambas partes.


ABORDAJE DEL SÍNDROME DE WENDY

Acabar con la idea de “si me esfuerzo mucho por ti verás que te quiero y así no me dejarás” es la base de la terapia en el síndrome de Wendy. El objetivo principal de la terapia es que pierdan el temor a ser abandonadas o rechazadas si no hacen todo lo que el otro quiere, ya que, si no se trabaja esta idea irracional, es difícil que lleguen a modificar su comportamiento. Para ello, a lo largo de la terapia se revisa con la paciente en qué otras situaciones de su vida se ha comportado de esa manera con el fin de ayudarle a tomar conciencia de su miedo.


Posteriormente, mediante técnicas cognitivas se trabaja la idea irracional actual enseñándole a ver la relación con su comportamiento, ayudándole a percatarse al mismo tiempo de cómo este miedo no le ayuda a conseguir su objetivo, sino a entrar en un círculo vicioso en el que su miedo se incrementa por la “no exigencia” de atenciones y afecto por parte del otro.


Al mismo tiempo, se debe entrenar a la paciente en habilidades interpersonales como aprender a “decir no” y delegar tareas, con el fin de fomentar el principio de equidad en la pareja cuya relación frecuentemente está deteriorada.


Finalmente, el síndrome de Wendy puede no ser tal y enmascarar una necesidad de control al otro (“si yo me hago imprescindible para ti, yo tengo más poder que tú; te controlo). Sólo un diagnóstico exhaustivo puede diferenciar ambos problemas, que llevarán consigo un tratamiento diferente.


¿Te reconoces como una Wendy? 

  • Cuando habla de su familia suele decir: tengo 3 niños en casa: mi marido y mis dos hijos 
  • Le gusta sentirse imprescindible 
  • Cree que el amor es sacrificio y resignación 
  • Siempre se está excusando 
  • Justifica continuamente el mal comportamiento e informalidad de su pareja ante los demás 
  • Evita las disputas con su pareja 
  • Siempre está pidiendo perdón 
  • Se desvive por hacer la vida agradable a su pareja, sin mostrar necesidades personales 
  • Actúa como madre, amiga, fisioterapeuta, médico, psicóloga, cocinera y gestora. Asume todas las responsabilidades del hogar 
  • Respeta el espacio y salidas de su pareja con sus amigos sin discutir, como una “carga más” en sus responsabilidades