SÍNDROME DE PETER PAN

El Síndrome de Peter Pan se da a cualquier edad: algunos nunca lo superan. No es una cuestión de edad. El Sindrome de Peter Pan es el conjunto de rasgos que tiene aquella persona que no sabe o no quiere renunciar a ser hijo para comenzar a ser padre. Sigue comportándose como un niño que exhibe un desfase patológico entre su edad cronológica y su madurez afectiva.

Suelen ser muy simpáticos, deportistas, entusiastas y eternos seductores de jovencitas. A menudo son hombres inmaduros afectivamente, con los que es complicado mantener una relación de pareja, ya que su inmadurez es notoria. 

Resistirse a adquirir las responsabilidades que conlleva entrar en la etapa adulta, además de producir desequilibrios personales, puede derivar en serios problemas a la hora de que una relación de pareja funcione. Compartir un proyecto de vida en común con alguien que es incapaz de sacrificar o apartar los placeres de la juventud para poner todo lo que tiene para conseguir unas metas, no siempre fáciles, pero necesarias, a parte de producir insatisfacción, acaba convirtiéndose en un lastre a la hora de luchar por conseguir esos objetivos.




Los hombres con Síndrome de Peter Pan actúan como si fueran los hijos de sus parejas




Ante la imposibilidad de encontrar la fuente de la eterna adolescencia, parte de los hombres de la sociedad actual han optado por anclarse en una juventud que si bien no es física, sí les garantiza la psicológica y la comodidad de afrontar el día a día sin ir más allá, una especie de Carpe Diem cuya problemática aumenta proporcionalmente con la edad física del individuo. 

CÓMO SE COMPORTA NUESTRO PETER PAN 


Independientemente de la edad, su comportamiento sigue siendo como el de un adolescente. Pese a su sonrisa casi imperecedera y a tratarse de personas muy divertidas y con unas inmensas ganas de disfrutar de todo los aspectos de la vida, tras esa apariencia se esconde alguien tremendamente inseguro con un terrible miedo a la soledad. 

Esa inseguridad también se plasma en el campo afectivo. A pesar de una aparente seguridad en sí mismos, son personas que necesitan grandes dosis de afecto y la necesidad de una mujer a su lado que se lo pueda ofrecer. Sin embargo, pese a esta dependencia, cuando la relación se torna en algo más serio y empieza a requerir dosis cada vez más altas de compromiso y responsabilidad, se asusta y acaba produciendo la ruptura de la pareja. 

Esto es una de las causas de que cambien continuamente de pareja, buscando incluso chicas más jóvenes, que impliquen menos planes de futuro y a su vez puedan contagiarse de su inmadurez. En el caso de coincidir en una pareja un Peter Pan y una Wendy, es posible que con el paso del tiempo cada uno acabe en la casa de sus padres. 

Si al nuevo Peter Pan todo le sale bien, disfrutará durante muchos años, pero llegará un momento de reflexión donde comenzará su crisis. Aunque él goce de éxito profesional y económico, se da cuenta de que en su vida no hay nada estable ni firme. 

Durante el tiempo que se está bajo este síndrome, se vive con vistas a muy corto plazo, la persona se siente insatisfecha con lo que le rodea pero no hace nada para solucionarlo. Su búsqueda de satisfacción en cada momento, le puede hacer recurrir al alcohol y las drogas como forma instantánea de obtenerla. Buscan siempre la culpabilidad de todo lo que sucede a su alrededor en los demás, sin que nunca se sienta realmente parte del problema, y ni siquiera de la solución. 

CUANDO PETER PAN DECIDE DEJAR DE VOLAR 


Ante todo, el Peter Pan tendría que concienciarse de que tiene un problema. Muchos de ellos se tienen por encantadores y no llegan a la autocrítica necesaria para ver que están abusando de los demás. Creen que con su presencia basta. Sin embargo, ellos son los más perjudicados por la soledad en la que desemboca su vida. Sus amigos son superficiales y circunstanciales y sus amores, al final de la vida, son interesados y falsos. No pueden desarrollar relaciones amistosas o afectivas sólidas. 

Si reconoces que tienes estas características, aún estás a tiempo de cambiar algunos comportamientos que podrían dificultar la formación de vínculos afectivos maduros. 

Aunque también es cierto que muchas madres, novias y esposas tendrían, asimismo, que dejar de producir “peter panes”. Nunca se acabarán los Peter Pan en este mundo, mientras sigan existiendo las Wendy. 

¿Y ES POSIBLE EL CAMBIO? 

  • Aprende a tolerar las frustraciones sin hacerte la víctima
  • Preocúpate por el bienestar de las personas que amas
  • Escucha activamente los problemas de los demás
  • Acepta la pérdida de privilegios que comporta la responsabilidad
  • Entiende que al tomar una decisión, siempre hay una desventaja que asumir
  • Todos somos responsables de nuestras propias emociones. No son los demás los que nos hacen enfadar: somos nosotros los que nos enfadamos
  • Establece relaciones equitativas con las personas: no pidas más de lo que tú eres capaz de dar
  • Dar las gracias no significa rebajarse: nadie nació para servirte